Autocrítica
Podemos definir a la autocrítica como el juicio crítico que se realiza sobre obras o comportamientos propios (Real Academia Española [RAE], 2019).
Sin embargo, más allá de esta postura neutra, la autocrítica puede ser constructiva o negativa. Ello dependerá de cómo afrontamos cada situación en particular.
Con mayor o menor frecuencia, todos cometemos errores a lo largo de nuestras vidas, pero no es tan malo como en principio parece. Muy por el contrario, podría ser positivo y resultar hasta saludable.
Para una autocrítica positiva debemos en primer lugar reconocer nuestro fallo, asumirlo como tal y proponerse modificarlo, por ejemplo, olvidar una cita importante o ser parte de una discusión con gritos e insultos.
Ambos comportamientos son erróneos porque se plantean como negativos.
La cuestión es: ¿Se pueden transformar y, crecer a partir de ellos?
Claro, que sí.
En el primer caso, podríamos comunicarnos con la persona citada, pedir disculpas, dar las explicaciones que se consideren necesarias y tomar medidas para recordar los compromisos futuros.
En el segundo ejemplo, el planteamiento es por cierto, más complejo, podríamos reflexionar sobre la disputa, pedir disculpas si procede, propiciar un nuevo encuentro, controlar los impulsos, etc.
Los dos supuestos son muy distintos, aunque tendrían un punto de encuentro si partimos de una crítica positiva, es decir, si hacemos una autoevaluación de cada uno de los comportamientos, qué hicimos mal, qué podemos mejorar y, actuamos en dicho sentido.
En consecuencia, podríamos afirmar que la autocrítica es un proceso de aprendizaje, aunque muchos lo realizan solos y con buenos resultados.
Un gran número de personas necesitan ayuda para tomar conciencia que se puede ser crítico con uno mismo y desarrollarse a partir de ello satisfactoriamente, evitando juzgar, culpabilizar, avergonzar o rumiar con relación a las personas o situación.
Si precisas ayudas, puedes contactar con nosotros, estaremos encantados de escucharte.
Gladys A. Mazzeo
Romans & Asociados